Este libro me ha entretenido bastante gracias a estar escrito de una forma sencilla y directa, diálogos, pensamientos o monólogos internos los cuales consiguen la complícidad entre el escritor y el lector.
Me ha ayudado bastante a la hora de concebir la obra, me lleva a pensar que el planteamiento de la obra el cual tenía subestimado, y precindir de él es el primer error que cometo al trabajar; Giacometti con sus reflexiones sobre los maestros de la pintura me lleva investigar sobre el cómo estos trabajan los retratos; Giacometti cita a los Bizantinos a los cuales yo tenía infravalorados, y también hace especial mención a Cezzanne al que sí tengo más apego y un mínimo conocimiento, puesto que este es muy importante en respecto a las simplificación de la forma en cilindros, conos y esferas.
Destaco de este libro la exaltación que hace Giacometti a las ideas internas que le llevan a la lucha constante con la obra para plasmar lo que tiene delante; Por ejemplo a la hora de ver a un amigo sabe que será menos objetiva su representación y destaco la frase de "ya suficientes problemas tengo a la hora de representar el exterior como para preocuparme por el interior".
Es interesante ver como funcionaba la relación de Giacometti con su marchante, y con como es aceptada y destacada su obra en el mundo del arte, y admirable su grado de autoexigencia con su trabajo por lo cual el éxito le es casi indiferente.
En mi obra puedo decir que me ha abierto bastante los ojos a la hora de ver el dibujo y el encaje como fundamental para los planteamientos plásticos, escultura, dibujo y pintura, y ver que a partir de entonces puedo preocuparme por otras cuestiones técnicas como el color, la forma, la textura, etc.
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